En agosto de este año, el sitio web THE INFORMATION informó que la empresa AT&T estaba mediando la venta de su mayor canal de streaming especializado en anime, Crunchyroll. Y el comprador era nada más y nada menos que el titán multinacional japonés Sony.
Aparentemente, el acuerdo no se concretó debido a que AT&T pedía cerca de 2,000 millones de dólares para entregar el canal de streaming y Sony consideró ese precio muy elevado en comparación con el valor de otros canales. De haberse cerrado el trato, Sony habría consolidado su posición en el mercado del anime y la industria del servicio de streaming al poseer dos canales muy relevantes y populares (el conglomerado japonés compró Funanimation en 2017).
No obstante, Sony ha estado moviendo sus fichas con extrema sutileza. Hace unos pocos días atrás la página web norteamericana Nikkei Asia reveló que Sony estaba dando los toques finales a la compra del canal de anime Crunchyroll.
De cerrarse el trato, Sony ganaría más de 70 millones de suscriptores (gratuitos y que pagan membresía) alrededor del mundo y un catálogo de series anime que superan los 1000 títulos. Pero también convertiría al grupo multinacional en un importante competidor en el mercado del streaming, e iniciaría una guerra que involucraría a las otras potencias en servicio de entretenimiento en línea: Netflix y Hulu.
La situación actual ha forzado a la población mundial a mantenerse mayormente en sus casas y departamentos, lo que ha aumentado el consumo de series y películas en línea usando servicios de streaming. Netflix ha formado alianzas con varios estudios de animación (como demostró en su festival de anime celebrado en Octubre) y Disney ha extendido su servicio de streaming (Disney+) a Latinoamérica con el afán de aumentar sus ingresos.
Social Media Author: [RonLaoHu]
